Hoy me gustaría plantear el tópico de "tener un gato" pero poniendo énfasis en el perfil de las minas que adoptamos uno, una o varios, cuándo lo hicimos y cómo estábamos cuando tomamos la decisión. Creo que, cual descripción del horóscopo, tenemos más de una cosa en común que nos identifica. Por ejemplo:
1) Dijimos
que nunca jamás tendríamos un gato porque nos resultaban raros y nos producían
desconfianza. De mi parte, siempre sostuve que “jamás tendría un animal de esos
porque viviría con la sensación de que en cualquier momento me atacaba”, hasta que tuve uno.
Ahora, la gran pregunta sería ¿qué nos hizo cambiar de decisión? Quizás
coincidamos en el hecho de que…
2) Estábamos
solas y la llegada del gato nos agarró con la guardia baja. Entonces, si mutamos
nuestra decisión por esa mezcla de soledad y ternura, ¿también cambiaremos de
parecer respecto a nuestros gustos hacia el grupo masculino? Hay que tener
cuidado con ésto, chicas, no vaya a ser que un “peor es nada” nos encuentre con
la guardia baja y ¡zas! Nos encandile y nos quedemos con él porque “peor sería
nada”. Cuidado.
3) También
creo que los gatos encajan a la perfección con las personalidades complicadas,
desestructuradas (cuasidesastrosas) y raras. Malena Pichot tiene una gata,
Carolina Aguirre tiene un gato, mis conocidas locas tienen un gato y yo, desde
hace dos meses, adopté a “la” China.
4) Los gatos ya no son tan inexpresivos como habíamos pensado que eran. Al contrario, resultaron ser tan o más cariñosos que un perro y, aunque nos hayan arañado y mordido a nosotras y a cuanto objeto tuvieron cerca, nos conquistaron el corazón. Con esto afirmamos, una vez más, que nuestras opiniones y gustos mutan según
pasa el tiempo y que, con un poco de cariño se nos conquista fácil el corazón.
Estos pocos puntos me parecen
suficientes para darnos cuenta lo peligrosas que podemos ser a la hora de
decidir o elegir según la situación o circunstancia en la que nos encontremos. Por eso, voy a insistir en que no debemos olvidar lo relevante que es pensar, repensar y recontra pensar antes de
tomar cualquier decisión: desde ir a la peluquería queriendo “solo cortarnos
las puntas” (todas sabemos que los peluqueros son los seres más persuasivos del
mundo y tienen una capacidad especial para percibir cuando estamos con la guardia
baja, tanto que pueden convencernos de hacernos más cosas de las planeadas y,
por ende, sacarnos más plata), hasta realizar una gran inversión o aceptar ser
parte de una relación comprometida (ser novias de alguien).
Si no mutamos de perder tiempo
pensando pavadas o autoboicotearnos a ocupar tiempo en conocernos y medir cómo está nuestro termómetro anímico o motivacional, podemos hacer cosas de las que podemos arrepentirnos toda la vida, algunos hechos tendrán vuelta pero otros, lamentablemente, pueden resultar irremediables, lastimándonos a nosotras y muchas
veces causando dolor a alguien más.
El corazón puede ser el motor más potente del ser humano pero también puede ser lo más engañoso que tengamos dentro. Vivamos bien la vida pero con cautela y, ante el impulso del arrebato, será mejor ir con calma.
¿Estás pasando por una situación complicada? ¿Necesitas charlar con
alguien? Escribime a maggie_ojcius@hotmail.com
o deja tu comentario debajo de este post.
¡Gracias por pasar y por leer!