martes, 21 de octubre de 2014

Hola Baba

Hola Baba, ¿me dejás que te cuente cómo sigue todo por acá? Si, dale, tomemos unos mates con miel mientras.

Hoy sería una noche linda para vos porque hay lluvia de estrellas y, quien sabe, por ahí es otra noche de esas en las que te desvelás por no haber tomado esa media pastillita de Tranquinal con la que aplacabas el pesar de tantos años comprimido en un par de horas de sueño.

Por ahí, ahora si, al saber que ya no estás, iría a pasar más tiempo con vos y nos sentaríamos como tantas veces hicimos a mirar el cielo oscuro de La Escandinava y contar cuántos satélites pasan por hora, como hacíamos hace como veinte años atrás, ¿te acordás? Sería lindo volver a competir por quien ve más estrellas caer, seguro ibas a ganar porque tu vista está más entrenada.

¿Y si vamos a dormir juntas y nos quedamos charlando hasta vaya a saber qué hora charlando de la familia, de tu infancia, de la vida? ¿Y si mejor me preparás mate con leche o pan con huevo? ¡Qué rico era lo simple con vos, Baba, ¿eh? Que me perdonen los que no entienden que Baba es una palabra de origen ruso y significa “abuela”, es que hoy no tengo ganas de explicar nada, hoy quiero hablar simple con vos.

¿Sabes qué? A veces, cuando voy a tu casa, dejo que se me escape lo de niña y me pongo a silbar adentro para ver si de alguna pieza aparecés con tu reto: “No silbes acá porque vas a atraer a los espíritus”, pero no pasa nada. Ni aparecés vos ni me asusta ningún espíritu.

También tiento lo que ya es y es imposible revertir, tomando mucha gaseosa mientras como pero tampoco escucho ese “primero se come, después se toma porque sino se te llena la panza de líquido y sobra comida”, que nos dijiste a todos los primos mientras ponías botellas y vasos lejos de nuestro alcance.

¿Y tu ronquido? ¡Jajajaja! Cómo me divertía tu forma de roncar, ¿te acordás que cuando era chiquita te decía que roncabas como si te tiraras peditos con la boca? ¡Puffp! ¡Puffp!, hacías. Algunas noches hacía fuerza para no dormirme primero así podía escuchar tu especial disertación, porque después del ronquido empezabas a gritar los nombres de la gente que aparecía en tus sueños.

La vida fue pasando, muy rápido para mi gusto, y, sobre el final, tus risas ya no eran tantas como tus lágrimas. Y el no haber podido evitar que sientas un poquito menos aquello que te dolía hoy también me estruja el corazón. Pero ahí nomás me reconforta el mismo Ser que secaba tus lágrimas, aquel que nunca viste pero en quien creíste hasta el final. Tu fe está yendo más allá de tu descendencia, nos bendice y nos guarda.

¡Ay, Baba querida! ¡Cómo me jode que no estés! ¡Cómo me duele que hoy sea tu cumpleaños y estés en recuerdo y no en cuerpo! Sé que tu día final lo determinó Dios pero te extraño y así va a ser siempre. Hoy te recuerdo por ser el día de tu cumpleaños, ayer te pensé por algún otro motivo y mañana será por algo similar. Estás siempre presente. Gracias Babita linda, ¡GRACIAS! Y "felices" 80.

sábado, 11 de octubre de 2014

Leete un cachito de Cortázar

Hablen, tiene tres minutos (Poemas de Pameos y Meopas)*




De vuelta del paseo 
donde junté una florecita para tenerte entre mis dedos un momento, 

y bebí una botellas de Beaujolais, para bajar al pozo 
donde bailaba un oso luna, 
en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel 
y sé que estaré solo en la ciudad 
más poblada del mundo. 
Excusarás este balance histérico, entre fuga a la rata y queja de morfina, 
teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café, 
y en cada medialuna la humedad alisa sus patitas de esponja. 
Máxime sabiendo 
que pienso en ti obstinadamente, como una ciega máquina, 
como la cifra que repite interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano, acariciándola hora a hora 
hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura. 
Creo que sospecharás esto que ocurre, 
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad, 
volviendo del paseo donde quizá juntases 
la misma florecita, un poco por botánica, 
un poco porque aquí, 
porque es preciso que no estemos tan solos, que nos demos 
un pétalo, aunque sea un pasito, una pelusa.

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viernes, 10 de octubre de 2014

Vos, misterioso vos

Qué bueno sería tener  tu aliento en la carrera
Y que seas calma cuando esté llegando la muerte.
Que con vos pueda pararme firme
Y me tires para arriba, fuerte, en la tristeza.
Vamos a correr al campo, como niños que disfrutan sus cuerpos grandes,
Promete, amor mío, que seremos tiernos,
Nos hablaremos con las miradas,
Con palabras nos acariciaremos.
¿Por qué querrías unirme a tu vida? ¿Cómo podré hacerte bien?
Nos esperan dos copas de vino y un pacto invisible.
Unamos nuestros mundos. Firmemos la propuesta.

Amemos la vida. La aventura es nuestra.

lunes, 6 de octubre de 2014

Cómo ponerle riendas a un corazón salvaje

Hace tiempo tengo un tema en mente y necesito tratarlo aquí: pienso hace rato en cómo nuestro carácter o forma de ser puede llevarnos a la cima o, tranquilamente y sin esfuerzo, dejarnos en la ruina. 

Porque a esta altura de la vida estimo que todas y todos nos hemos dado cuenta de que el buen carácter la mayor parte de las veces pesa más que la mejor habilidad que una persona pueda tener. Podemos habernos graduado con el más alto promedio y tener más de tres títulos pegados en la pared pero, si no le ponemos rienda a nuestro interior, podemos tirar todo "al tacho". 

Hay un sano ejercicio de doble vía que puede ayudarnos a evaluar si tenemos el corazón poco domado y es el de sentarnos a analizar nuestra reacción ante distintos problemas o imprevistos de la vida diaria. Luego de momentos "feos", es mejor aguantar la reacción y respiración profunda de por medio, preguntarnos: ¿por qué terminé enojada/o?, ¿reclamé algo justo o estuve fuera de lugar?, ¿estoy teniendo en vista el objetivo de mi trabajo o quiero mi beneficio propio?, ¿qué factor ajeno a mi me molestó más?, si fue una persona o más personas las que me provocaron el malestar, ¿por qué habrá lo habrá o habrán hecho? y, sobre todo, ¿valió la pena haber pasado por esa amargura?, ¿hay una manera más sana de resolverlo?, ¿puedo expresar lo que siento?, ¿me hizo bien?, ¿sumó o restó? Entre tantas preguntas más que podríamos hacernos.

Pero ésto no es mágico ni es un cambio que nace de la nada, podemos elegir aprender lecciones sin pasar por la experiencia o, como me pasó un par de veces, aprender luego de haber quedado un par de veces afuera de trabajos relevantes para mi carrera. Mi forma de ser mal configurada o no trabajada me dejó "fuera de los créditos" (literalmente) y créanme que cada vez que lo recuerdo me duele. Por más que el enojo haya pasado y la lección haya sido aprendido, hay ciertas cosas que no vuelven atrás, como sucede con las oportunidades perdidas.

No siempre necesitamos alguien externo que nos rompa el corazón, muchas veces nos lastimamos solos y, generalmente, es por no tomar buenas decisiones a tiempo. Espero que aceptes el desafío de decidir formar tu corazón y tenerte paciencia en el proceso. Pedí ayuda. Tené buenos amigos cerca y contales tu decisión.

Este octubre parece ser un buen mes para fijar metas de evaluación y optimización constante, necesitaremos seguirnos de cerca en cada reacción y malestar que tengamos. Formar nuestro carácter,  (ponerle riendas al corazón), no es cosa sencilla, casi siempre duele e incomoda pero vale el esfuerzo. Podemos convertirnos en algo mejor de lo que somos ahora. Cierro con una cita de un libro de mi adolescencia escrito por Beth Moore: 

"Nunca descanses hasta que tu bueno sea mejor y tu mejor, excelente"

¡Que tengas una buena semana!

@MaggieOjcius
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