jueves, 25 de septiembre de 2014

¿Cuántas vidas tiene una vida?



Me dieron ganas de sentarme a escribir sobre cosas de mi vida reciente. De los días vividos hace poco. Giro para ver dónde está mi gata. La encuentro ahí, en el mismo lugar de siempre, tan linda, tierna y dormida. Grande. Está tan grande, ya no se mete en mi mochila, porque parece que se sintió vencida al darse cuenta que creció. Yo no me había dado cuenta hasta ahora que la miro, y no, los días recién vividos no pasaron hace poco, pasaron volando y fueron con las nubes hace varias vidas. 

(¿Cuántas vidas vivimos en una vida?)

Escucho una canción de desamor, heavy, la chica no escatimó una palabra en expresarse como la más infeliz del planeta. Me da lástima pero me recuerda a una de mis vidas ya vividas, ese tiempo asqueroso que pasa mientras una tarda en asumir que la persona que querías no te quiere y ¡faaaaa! ¡Qué manera de escupir pedazos amargos del corazón! Hasta que de pronto, ¡páfate!, esa vida se terminaba y nace una nueva, de esas que te hacen sentir mejor y en las que volves a ver lo lindo hasta de las cosas más insignificantes. 

En otra de mis vidas cercanas saqué fotos y cobré por eso. En realidad la gente decía que le gustaba mi estilo entonces yo les decía que no eran fotos, sino momentos guardados para siempre. Y si esas palabras ya estaban trilladas no me importaba porque era cierto y no se me ocurría otra forma de decirlo. Y así fui que me divertí con las quinceañeras, creí más en el amor en cada boda, fotografié el amor de una pareja épica que selló su amor en la cárcel, donde él debe pasar su próxima década. Le saqué fotos a mi abuelo, el que quedó viudo y se reencontró con quien fue su novia a los 16. Hoy tiene 83. También le saqué fotos a mi abuela cuando falleció, como en los velorios antiguos en los que se ponían todos alrededor del cajón para hacer un retrato familiar. Pero eso ya es pasado. En mi vida presente quiero crear en palabras para que otros pongan las imágenes, en una pantalla o en su imaginación. Y eso estoy haciendo. En esta vida escribo.

Luego, espero tener otra vida como novia, después como esposa. No creo que alguna vez me sienta preparada para la vida de madre pero seguramente llegará. 

Pero ahora, ahora mismo, hoy, ¿qué vida estoy viviendo? ¿Qué vida estás viviendo vos que leés?

La mia creo que se resume en ese tipo de vida en la que te das cuenta de que porque vos tengas una causa por la que luchar, no todo el mundo va a sentir igual, ni está obligado a hacerlo. Creo que también es la vida en la que más me duele la injusticia social, la desigualdad, la miseria de las personas de mente pobre y de las que tienen el cerebro desnutrido. Una vida con bronca por todo eso y con el impulso suficiente para luchar hasta que se me terminen las fuerzas y tenga que desembocar en una vida nueva, que me tranquilice (o me resigne).

(¿Qué calidad de vidas vivimos en una vida?)

Ruego que tanto vos como yo nunca pasemos por la vida de la frustración por no habernos esforzado y peleado por lo que anhelábamos. Me cansé de escuchar personas frustradas, que viven en el pasado que no fue porque ellas no le pusieron garra. Estemos alerta. Hagamos la diferencia. Cambiemos la historia, al menos la nuestra. No todos nacemos para cambiarle la historia a los demás, pero está bueno intentarlo.

Por eso, amiga o amigo que lees, ¡dale! Viví las vidas que quieras vivir, disfrutalas, que la locura te invada y el impulso te arrebate, que la pasión se filtre en tu oxígeno y que el amor sea tu motor pero, jamás, en ninguna de las vidas, dejes de ser trascendente, ni aún cuando hayas alcanzado tus objetivos mayores. Y jamás olvides que por cada acto, viene una consecuencia, terrenal o eterna, personal o social, todo deja marca: una palabra, un gesto, una acción, una invención; nada deja de ser, todo queda suspendido en alguna parte.
 
Y nunca pero nunca dejes de contar tus bendiciones.

¡Que todas tus vidas te sorprendan y te hagan sentir digno/digna de vivirlas!

@MaggieOjcius


lunes, 1 de septiembre de 2014

La vida te cuenta los cuentos que elegís leer

Qué lindas historias tiene el mundo, ¿no?

Historias de lo que fue, de lo que no fue, de lo triste, de lo alegre, de amor y de odio, de vida y de muerte, de paz y de guerra.

En todas esas historias se entrelazan otras que, según elijamos ver, pueden o no revertir el efecto final: la historia de odio tiene algo de amor, la de guerra lleva algo de paz, en lo bueno, algo de malo va.

Quizás la hagamos más fácil al cambiar el enfoque y esperar, al final la vida, su veredicto da.


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