miércoles, 10 de diciembre de 2014

19.47pm

Sufriré de nostalgia cada vez que el reloj vuelva a pasar por ahí,
Serán insufriblemente incontables las veces
Y las agujas del tic tac me clavarán el corazón:
Tic, tac, tic, tac. Cicatriz. Nostalgia. Perfume.
Me desmayaste el corazón pero los brazos no.
Lejos. Mejor así.
Recuerdos sin contacto son menos nocivos.
Quizás.

Te empecé a detestar en el mismo momento que terminaste el abrazo.
Porque tu perfume ya se me había metido como veneno
Se me pegó y no hice fuerza para dejarlo atrás.
Mi ropa, mi pelo, mi corazón llenos de tu perfume.
Pero tu caridad y mi corazón son incompatibles porque compartirte te hace insípido.
Apuestamente insípido. No, no. Tic tac. Cicatriz.
Tu perfume me cicatriza mejor. Tu perfume, no vos.

Lejos. Así. Mejor.




Publicado por primera vez en septiembre de 2011, en este blog.

domingo, 7 de diciembre de 2014

¿Vos nunca hiciste algo por amor?


Volví a llevar en la cartera un libro de Sábato, sus fragmentos cortos me permiten leerlo en cualquier tiempo muerto en el banco o en alguna fila para pagar. Elegí este fragmento para compartir con ustedes porque me hace pensar que la locura no es tan insana como dicen "los que saben". ¡Ojalá haya más locura en el amar!

Que lo disfruten: 

"Me estremeció una noticia que leí esta mañana en el diario; la recorté y la guardé en uno de los cajones de mi archivo, entre esos tantos retazos que en estos años me han ayudado a vivir.

Una mujer, en un crudo invierno, apenas con una remera y un pantalón, se escapó del Hospital Psiquíatrico con el deseo de ir a buscar a su compañero. Aprovechando la distracción del maquinista, robó una locomotora y, haciéndola funcionar sin dificultad, comenzó su odisea. Él había trabajado en el ferrocarril y le había enseñado a conducir trenes y “muchas cosas más”.

“Si ustedes supieran lo que es el amor, me dejarían seguir”, le decía al oficial que la detuvo y, mientras la llevaba a la comisaría, con llantos desesperados, gritaba: “¿Vos nunca hiciste nada por amor?”.

¡Cuánto más humanos son estos gestos que los de tantos individuos que corren por la ciudad enceguecidos con sus proyectos!

He querido rescatar esta historia de entre mis papeles, ya que de alguna manera, cuando el razonamiento nos conduce al borde de la psicosis colectiva, estos actos son lo más parecido a una salvación."

En "Antes del Fin", Ernesto Sábato

martes, 21 de octubre de 2014

Hola Baba

Hola Baba, ¿me dejás que te cuente cómo sigue todo por acá? Si, dale, tomemos unos mates con miel mientras.

Hoy sería una noche linda para vos porque hay lluvia de estrellas y, quien sabe, por ahí es otra noche de esas en las que te desvelás por no haber tomado esa media pastillita de Tranquinal con la que aplacabas el pesar de tantos años comprimido en un par de horas de sueño.

Por ahí, ahora si, al saber que ya no estás, iría a pasar más tiempo con vos y nos sentaríamos como tantas veces hicimos a mirar el cielo oscuro de La Escandinava y contar cuántos satélites pasan por hora, como hacíamos hace como veinte años atrás, ¿te acordás? Sería lindo volver a competir por quien ve más estrellas caer, seguro ibas a ganar porque tu vista está más entrenada.

¿Y si vamos a dormir juntas y nos quedamos charlando hasta vaya a saber qué hora charlando de la familia, de tu infancia, de la vida? ¿Y si mejor me preparás mate con leche o pan con huevo? ¡Qué rico era lo simple con vos, Baba, ¿eh? Que me perdonen los que no entienden que Baba es una palabra de origen ruso y significa “abuela”, es que hoy no tengo ganas de explicar nada, hoy quiero hablar simple con vos.

¿Sabes qué? A veces, cuando voy a tu casa, dejo que se me escape lo de niña y me pongo a silbar adentro para ver si de alguna pieza aparecés con tu reto: “No silbes acá porque vas a atraer a los espíritus”, pero no pasa nada. Ni aparecés vos ni me asusta ningún espíritu.

También tiento lo que ya es y es imposible revertir, tomando mucha gaseosa mientras como pero tampoco escucho ese “primero se come, después se toma porque sino se te llena la panza de líquido y sobra comida”, que nos dijiste a todos los primos mientras ponías botellas y vasos lejos de nuestro alcance.

¿Y tu ronquido? ¡Jajajaja! Cómo me divertía tu forma de roncar, ¿te acordás que cuando era chiquita te decía que roncabas como si te tiraras peditos con la boca? ¡Puffp! ¡Puffp!, hacías. Algunas noches hacía fuerza para no dormirme primero así podía escuchar tu especial disertación, porque después del ronquido empezabas a gritar los nombres de la gente que aparecía en tus sueños.

La vida fue pasando, muy rápido para mi gusto, y, sobre el final, tus risas ya no eran tantas como tus lágrimas. Y el no haber podido evitar que sientas un poquito menos aquello que te dolía hoy también me estruja el corazón. Pero ahí nomás me reconforta el mismo Ser que secaba tus lágrimas, aquel que nunca viste pero en quien creíste hasta el final. Tu fe está yendo más allá de tu descendencia, nos bendice y nos guarda.

¡Ay, Baba querida! ¡Cómo me jode que no estés! ¡Cómo me duele que hoy sea tu cumpleaños y estés en recuerdo y no en cuerpo! Sé que tu día final lo determinó Dios pero te extraño y así va a ser siempre. Hoy te recuerdo por ser el día de tu cumpleaños, ayer te pensé por algún otro motivo y mañana será por algo similar. Estás siempre presente. Gracias Babita linda, ¡GRACIAS! Y "felices" 80.

sábado, 11 de octubre de 2014

Leete un cachito de Cortázar

Hablen, tiene tres minutos (Poemas de Pameos y Meopas)*




De vuelta del paseo 
donde junté una florecita para tenerte entre mis dedos un momento, 

y bebí una botellas de Beaujolais, para bajar al pozo 
donde bailaba un oso luna, 
en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel 
y sé que estaré solo en la ciudad 
más poblada del mundo. 
Excusarás este balance histérico, entre fuga a la rata y queja de morfina, 
teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café, 
y en cada medialuna la humedad alisa sus patitas de esponja. 
Máxime sabiendo 
que pienso en ti obstinadamente, como una ciega máquina, 
como la cifra que repite interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano, acariciándola hora a hora 
hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura. 
Creo que sospecharás esto que ocurre, 
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad, 
volviendo del paseo donde quizá juntases 
la misma florecita, un poco por botánica, 
un poco porque aquí, 
porque es preciso que no estemos tan solos, que nos demos 
un pétalo, aunque sea un pasito, una pelusa.

* Conocé la "Experiencia Cortázar" en www.experienciacortazar.com.ar

viernes, 10 de octubre de 2014

Vos, misterioso vos

Qué bueno sería tener  tu aliento en la carrera
Y que seas calma cuando esté llegando la muerte.
Que con vos pueda pararme firme
Y me tires para arriba, fuerte, en la tristeza.
Vamos a correr al campo, como niños que disfrutan sus cuerpos grandes,
Promete, amor mío, que seremos tiernos,
Nos hablaremos con las miradas,
Con palabras nos acariciaremos.
¿Por qué querrías unirme a tu vida? ¿Cómo podré hacerte bien?
Nos esperan dos copas de vino y un pacto invisible.
Unamos nuestros mundos. Firmemos la propuesta.

Amemos la vida. La aventura es nuestra.

lunes, 6 de octubre de 2014

Cómo ponerle riendas a un corazón salvaje

Hace tiempo tengo un tema en mente y necesito tratarlo aquí: pienso hace rato en cómo nuestro carácter o forma de ser puede llevarnos a la cima o, tranquilamente y sin esfuerzo, dejarnos en la ruina. 

Porque a esta altura de la vida estimo que todas y todos nos hemos dado cuenta de que el buen carácter la mayor parte de las veces pesa más que la mejor habilidad que una persona pueda tener. Podemos habernos graduado con el más alto promedio y tener más de tres títulos pegados en la pared pero, si no le ponemos rienda a nuestro interior, podemos tirar todo "al tacho". 

Hay un sano ejercicio de doble vía que puede ayudarnos a evaluar si tenemos el corazón poco domado y es el de sentarnos a analizar nuestra reacción ante distintos problemas o imprevistos de la vida diaria. Luego de momentos "feos", es mejor aguantar la reacción y respiración profunda de por medio, preguntarnos: ¿por qué terminé enojada/o?, ¿reclamé algo justo o estuve fuera de lugar?, ¿estoy teniendo en vista el objetivo de mi trabajo o quiero mi beneficio propio?, ¿qué factor ajeno a mi me molestó más?, si fue una persona o más personas las que me provocaron el malestar, ¿por qué habrá lo habrá o habrán hecho? y, sobre todo, ¿valió la pena haber pasado por esa amargura?, ¿hay una manera más sana de resolverlo?, ¿puedo expresar lo que siento?, ¿me hizo bien?, ¿sumó o restó? Entre tantas preguntas más que podríamos hacernos.

Pero ésto no es mágico ni es un cambio que nace de la nada, podemos elegir aprender lecciones sin pasar por la experiencia o, como me pasó un par de veces, aprender luego de haber quedado un par de veces afuera de trabajos relevantes para mi carrera. Mi forma de ser mal configurada o no trabajada me dejó "fuera de los créditos" (literalmente) y créanme que cada vez que lo recuerdo me duele. Por más que el enojo haya pasado y la lección haya sido aprendido, hay ciertas cosas que no vuelven atrás, como sucede con las oportunidades perdidas.

No siempre necesitamos alguien externo que nos rompa el corazón, muchas veces nos lastimamos solos y, generalmente, es por no tomar buenas decisiones a tiempo. Espero que aceptes el desafío de decidir formar tu corazón y tenerte paciencia en el proceso. Pedí ayuda. Tené buenos amigos cerca y contales tu decisión.

Este octubre parece ser un buen mes para fijar metas de evaluación y optimización constante, necesitaremos seguirnos de cerca en cada reacción y malestar que tengamos. Formar nuestro carácter,  (ponerle riendas al corazón), no es cosa sencilla, casi siempre duele e incomoda pero vale el esfuerzo. Podemos convertirnos en algo mejor de lo que somos ahora. Cierro con una cita de un libro de mi adolescencia escrito por Beth Moore: 

"Nunca descanses hasta que tu bueno sea mejor y tu mejor, excelente"

¡Que tengas una buena semana!

@MaggieOjcius

jueves, 25 de septiembre de 2014

¿Cuántas vidas tiene una vida?



Me dieron ganas de sentarme a escribir sobre cosas de mi vida reciente. De los días vividos hace poco. Giro para ver dónde está mi gata. La encuentro ahí, en el mismo lugar de siempre, tan linda, tierna y dormida. Grande. Está tan grande, ya no se mete en mi mochila, porque parece que se sintió vencida al darse cuenta que creció. Yo no me había dado cuenta hasta ahora que la miro, y no, los días recién vividos no pasaron hace poco, pasaron volando y fueron con las nubes hace varias vidas. 

(¿Cuántas vidas vivimos en una vida?)

Escucho una canción de desamor, heavy, la chica no escatimó una palabra en expresarse como la más infeliz del planeta. Me da lástima pero me recuerda a una de mis vidas ya vividas, ese tiempo asqueroso que pasa mientras una tarda en asumir que la persona que querías no te quiere y ¡faaaaa! ¡Qué manera de escupir pedazos amargos del corazón! Hasta que de pronto, ¡páfate!, esa vida se terminaba y nace una nueva, de esas que te hacen sentir mejor y en las que volves a ver lo lindo hasta de las cosas más insignificantes. 

En otra de mis vidas cercanas saqué fotos y cobré por eso. En realidad la gente decía que le gustaba mi estilo entonces yo les decía que no eran fotos, sino momentos guardados para siempre. Y si esas palabras ya estaban trilladas no me importaba porque era cierto y no se me ocurría otra forma de decirlo. Y así fui que me divertí con las quinceañeras, creí más en el amor en cada boda, fotografié el amor de una pareja épica que selló su amor en la cárcel, donde él debe pasar su próxima década. Le saqué fotos a mi abuelo, el que quedó viudo y se reencontró con quien fue su novia a los 16. Hoy tiene 83. También le saqué fotos a mi abuela cuando falleció, como en los velorios antiguos en los que se ponían todos alrededor del cajón para hacer un retrato familiar. Pero eso ya es pasado. En mi vida presente quiero crear en palabras para que otros pongan las imágenes, en una pantalla o en su imaginación. Y eso estoy haciendo. En esta vida escribo.

Luego, espero tener otra vida como novia, después como esposa. No creo que alguna vez me sienta preparada para la vida de madre pero seguramente llegará. 

Pero ahora, ahora mismo, hoy, ¿qué vida estoy viviendo? ¿Qué vida estás viviendo vos que leés?

La mia creo que se resume en ese tipo de vida en la que te das cuenta de que porque vos tengas una causa por la que luchar, no todo el mundo va a sentir igual, ni está obligado a hacerlo. Creo que también es la vida en la que más me duele la injusticia social, la desigualdad, la miseria de las personas de mente pobre y de las que tienen el cerebro desnutrido. Una vida con bronca por todo eso y con el impulso suficiente para luchar hasta que se me terminen las fuerzas y tenga que desembocar en una vida nueva, que me tranquilice (o me resigne).

(¿Qué calidad de vidas vivimos en una vida?)

Ruego que tanto vos como yo nunca pasemos por la vida de la frustración por no habernos esforzado y peleado por lo que anhelábamos. Me cansé de escuchar personas frustradas, que viven en el pasado que no fue porque ellas no le pusieron garra. Estemos alerta. Hagamos la diferencia. Cambiemos la historia, al menos la nuestra. No todos nacemos para cambiarle la historia a los demás, pero está bueno intentarlo.

Por eso, amiga o amigo que lees, ¡dale! Viví las vidas que quieras vivir, disfrutalas, que la locura te invada y el impulso te arrebate, que la pasión se filtre en tu oxígeno y que el amor sea tu motor pero, jamás, en ninguna de las vidas, dejes de ser trascendente, ni aún cuando hayas alcanzado tus objetivos mayores. Y jamás olvides que por cada acto, viene una consecuencia, terrenal o eterna, personal o social, todo deja marca: una palabra, un gesto, una acción, una invención; nada deja de ser, todo queda suspendido en alguna parte.
 
Y nunca pero nunca dejes de contar tus bendiciones.

¡Que todas tus vidas te sorprendan y te hagan sentir digno/digna de vivirlas!

@MaggieOjcius


lunes, 1 de septiembre de 2014

La vida te cuenta los cuentos que elegís leer

Qué lindas historias tiene el mundo, ¿no?

Historias de lo que fue, de lo que no fue, de lo triste, de lo alegre, de amor y de odio, de vida y de muerte, de paz y de guerra.

En todas esas historias se entrelazan otras que, según elijamos ver, pueden o no revertir el efecto final: la historia de odio tiene algo de amor, la de guerra lleva algo de paz, en lo bueno, algo de malo va.

Quizás la hagamos más fácil al cambiar el enfoque y esperar, al final la vida, su veredicto da.


lunes, 21 de julio de 2014

Hay cosas que nunca...

Hay cosas que nunca van a pasar y que, por ende, nunca vamos a sentir. Tuve esa frase en mente, igual de enredada que los fideos que almorzaba.

Me siento a desarrollar la idea un rato después, ahora que mis vecinos, tapial de por medio, me anuncian sin palabras pero a fuerza de pico y pala, que están arreglando el piso del patio y, al parecer, no tendré la paz de pueblo necesaria para tomar una siesta.

Entonces, con café en mano me gustaría pasar por una serie de pensamientos que más de una vez me estrujan el corazón y creo que todos tenemos uno o más recuerods relacionados a cosas que nunca pasarán.

Mermándole el volumen a la vergüenza, voy a desvestir un ratito mi corazón dejándolo vulnerable al qué dirán y al mundo virósico que coexiste a nuestro alrededor.

Vamos a pensar en aquellas cosas que nunca: personalmente y por mucho dolor que aún me cause sé y asumo que nunca pero nunca podré volver a ser una niña abrazada por su padre o aconsejada por él, eso nunca sucedió. Que aún mantenga la esperanza de que las cosas cambien es una parte de la historia pero que pueda modificar la realidad de mi pasado, es otra totalmente diferente.

Cito otro ejemplo: una persona que fue violentada física o emocionalmente, tendrá como "cosas que nunca" podrá olvidar aquel horrible momento en el que otra persona con igualdad de derechos y responsabilidades, imprimió una marca en su alma o su cuerpo para toda la vida.

El no haber tenido la inteligencia de pensar dos veces la acción antes de cometer el error es otra de las "cosas que nunca" podremos volver. Y, probablemente, el dolor de haber errado y la resignación serán "cosas que nunca" se irán del corazón. 

Pero, como la vida es una batalla campal entre el bien y el mal, la alegría y el dolor, la esperanza y la resignación, al ser diseñados, Dios (Ser Superior, la misma evolución o como quieras llamarlo según tu concepción de la Creación) puso especial cuidado y atención a proveernos de un corazón y una mente con capacidades especiales (¡como los superhéroes!).

Porque, decime si no hay que ser especial para, a pesar de lo malo de la vida, animarse y querer volver a empezar o seguir viviendo. Debemos sentirnos especiales y querernos con más ganas cada vez que nos decidimos a superar una situación dolorosa o atrevernos a exponer las cicatrices del alma que tanto nos condicionan.

Y acá es donde afirmo la utilidad y el beneficio de creer. El rumbo de nuestra vida está en nuestra mente: en qué decidimos pensar y en qué definimos no recordar. Está en la determinación de no autoboicotearnos. Está en el sentirnos especiales, en creer en nosotros/nosotras y en creer que no por nada fuimos desarrollados con las formas, los colores y las texturas que fuimos hechos y la gracia, bien importante, de contar con la capacidad de perdonarnos y de perdonar, que no significa olvidar lo que pasó, sino dejar que el río siga corriendo, aprender a lidiar con las piedras en el camino y, a pesar de ellas, avanzar.

Retomando lo que les contaba al principio: mi papá, hombre al que, a pesar de sus falencias, amo con todo mi corazón, no tomó la decisión de reflexionar si su pequeña niña tenía la necesidad de sentirlo cerca y atento, (acá también podríamos citar tantos ejemplos de tantos padres semipresentes, abusivos o ausentes, como el tuyo, quizás). Pero, pasados los años, la pelota me llega a mi y paso a ser quien debe decidir si quiero vivir con el rencor y la autocompasión de no haber recibido lo necesario para ser una mujer segura o, aunque resulte más trabajoso, también puedo decidir sanar las heridas, suplir las falencias y hacerle frente a los complejos e inseguridades. Insisto, cuesta, es el camino más largo pero peor resultaría elegir vivir amargada y culpando a los demás por mis "cosas que nunca". Estemos libres del rencor y la falta de perdón, amigas y amigos.

¿Por qué elijo exponer ésto? Porque creo que a veces es necesario mostrar nuestras hilachas, exponernos y compartir los pesares para alivianar el corazón. Si me preguntasen cómo se hace para tomar una decisión correcta, la del perdón y la esperanza, por ejemplo, les diría que a mi me funciona el hecho de creer.

Creer en Dios me hace bien. Meditar en los consejos bíblicos y tomar tiempo para reflexionar antes de cada decisión me vienen haciendo la vida más llevadera y animada hace tiempo. Esas son las "cosas que siempre me resultan.

Ante el dolor, la decepción y la incertidumbre, entre tantos cachetazos que nos llegan de repente, recurro a la misma medicina y me doy permiso a auto medicarme, prescindiendo de las complicaciones de una religión o un sistema religioso que bastante fallido viene últimamente.

No estoy vendiendo nada, estoy hablando de lo que a mi me funciona. Creo que se trata, justamente, de creer para vivir mejor, no por imposición y mucho menos por obligación. Revisar los argumentos, unir los cabos sueltos y llegar a comprender que el Creador del Universo sostiene mi aliento, conoce mi corazón y ama mi alma así como es, con errores y aciertos, es un hecho liberador. No por eso soy santa y perfecta pero es el único lugar donde encuentro descanso y refugio cuando todo está literalmente mal (vale también mencionar a las personas que creen y se ponen soberbias porque se sienten dueños de la verdad, en tal caso, mantenernos humildes también es una decisión)

Es necesario que pasemos ciertos dolores para madurar. 

Y, empezar a creer en uno mismo, es otro aliciente para las asperezas que le salen a la vida. Dejar de resaltar los errores, bajar un poco el impulso perfeccionista y destacar fortalezas me están haciendo ser más amiga de mi misma: y es que autoconocernos, respetar nuestros tiempos y los procesos que necesitamos atravesar es vital, incluso para mejorar nuestro trato con otras personas.

Se puede superar el error y el fracaso, se puede volver a amar, se puede enmendar, se puede creer, ¡sí que se puede! Hay cosas que nunca van a volver pero también hay cosas que SIEMPRE pueden cambiar y suceder.

¡Vamos por eso!

Me gustaría conocer el camino que elegís para sobreponerte a los golpes de la vida, ¡espero tu comentario!

Un abrazo a tu corazón,

Maggie 

lunes, 14 de julio de 2014

Química, piel y amor

En una de esas salidas cafeteras de amigos, planteamos el tópico: "Piel y química, ¿cuál es la diferencia?" Y luego de que cada uno expresó lo que para él o ella significaba, concluimos en que no son sinónimos sino que, para nosotros, resultaron ser pasos en el comienzo o la continuidad de una relación.

Voy a graficar estas conclusiones en un ejemplo:


domingo, 13 de julio de 2014

Otra vez ahí


Volvió a  salir la luna, ahí, en el mismo cielo que cubre la alegría y el llanto, vuelve a brillar la luna.

No sé si entre tanta ciencia activa ya estudiaron si la fuerza que hace girar nuestro satélite más bello tiene átomos en el medio o se trata de otro tipo de partículas suspendidas en el espacio que impulsan cada milímetro de movimiento lunar.


lunes, 9 de junio de 2014

Las minas con gato son lo más jodido que hay


Hoy me gustaría plantear el tópico de "tener un gato" pero poniendo énfasis en el perfil de las minas que adoptamos uno, una o varios, cuándo lo hicimos y cómo estábamos cuando tomamos la decisión. Creo que, cual descripción del horóscopo, tenemos más de una cosa en común que nos identifica. Por ejemplo:

1) Dijimos que nunca jamás tendríamos un gato porque nos resultaban raros y nos producían desconfianza. De mi parte, siempre sostuve que “jamás tendría un animal de esos porque viviría con la sensación de que en cualquier momento me atacaba”, hasta que tuve uno. Ahora, la gran pregunta sería ¿qué nos hizo cambiar de decisión? Quizás coincidamos en el hecho de que…

2)  Estábamos solas y la llegada del gato nos agarró con la guardia baja. Entonces, si mutamos nuestra decisión por esa mezcla de soledad y ternura, ¿también cambiaremos de parecer respecto a nuestros gustos hacia el grupo masculino? Hay que tener cuidado con ésto, chicas, no vaya a ser que un “peor es nada” nos encuentre con la guardia baja y ¡zas! Nos encandile y nos quedemos con él porque “peor sería nada”. Cuidado.

3) También creo que los gatos encajan a la perfección con las personalidades complicadas, desestructuradas (cuasidesastrosas) y raras. Malena Pichot tiene una gata, Carolina Aguirre tiene un gato, mis conocidas locas tienen un gato y yo, desde hace dos meses, adopté a “la” China.

4) Los gatos ya no son tan inexpresivos como habíamos pensado que eran. Al contrario, resultaron ser tan o más cariñosos que un perro y, aunque nos hayan arañado y mordido a nosotras y a cuanto objeto tuvieron cerca, nos conquistaron el corazón. Con esto afirmamos, una vez más, que nuestras opiniones y gustos mutan según pasa el tiempo y que, con un poco de cariño se nos conquista fácil el corazón.

Estos pocos puntos me parecen suficientes para darnos cuenta lo peligrosas que podemos ser a la hora de decidir o elegir según la situación o circunstancia en la que nos encontremos. Por eso, voy a insistir en que no debemos olvidar lo relevante que es pensar, repensar y recontra pensar antes de tomar cualquier decisión: desde ir a la peluquería queriendo “solo cortarnos las puntas” (todas sabemos que los peluqueros son los seres más persuasivos del mundo y tienen una capacidad especial para percibir cuando estamos con la guardia baja, tanto que pueden convencernos de hacernos más cosas de las planeadas y, por ende, sacarnos más plata), hasta realizar una gran inversión o aceptar ser parte de una relación comprometida (ser novias de alguien).

Si no mutamos de perder tiempo pensando pavadas o autoboicotearnos a ocupar tiempo en conocernos y medir cómo está nuestro termómetro anímico o motivacional, podemos hacer cosas de las que podemos arrepentirnos toda la vida, algunos hechos tendrán vuelta pero otros, lamentablemente, pueden resultar irremediables, lastimándonos a nosotras y muchas veces causando dolor a alguien más.

El corazón puede ser el motor más potente del ser humano pero también puede ser lo más engañoso que tengamos dentro. Vivamos bien la vida pero con cautela y, ante el impulso del arrebato, será mejor ir con calma.


¿Estás pasando por una situación complicada? ¿Necesitas charlar con alguien? Escribime a maggie_ojcius@hotmail.com o deja tu comentario debajo de este post.

¡Gracias por pasar y por leer! 

jueves, 22 de mayo de 2014

Son todos iguales...


jueves, 15 de mayo de 2014

Sos la piedrita especial que no llevo en el zapato

A veces te extraño, ¡no sabes cómo te extraño!
Ni siquiera lo sé yo, porque si lo sabría podría explicártelo
pero al estrujo del pecho parece que no le salen las palabras.

A veces te extraño,
a pesar de que siempre sé que no puedo
no puedo porque no debo
porque me dijiste que no, que no era posible
que no nos éramos, que lo nuestro no.

La luna vio que si pero vos decís que no.
Para mi que la luna está llena de desamor y, por eso,
cada tanto se va.

Quizás por eso mi cara tenga forma de luna
y vos tengas rasgos de lobizón.

A pesar de eso que siento en el pecho
me siento afortunada porque la mejor parte me la dejo yo,
porque la soledad y la luna son buenas amigas
pero ella y el lobizón se tratan mal, por eso andas así, 
con tanto vaivén emocional. 

Pobrecito, cada tanto te mando un abrazo,
pero vos, insensible, pensás que te lo da otra.

Sé que siento pero siento lo que no
mientras vos salís a sentir lo que si con otras que no van.

Me pone contenta saber que yo te encontré primero, 
y siempre vas a ser como esa piedrita que tiene una forma especial 
y por eso nos la dejamos cerca.
Vos sos especial, vos sos una piedrita especial que no llevo en el zapato.

Lo lindo es que ya no espero que me digas que si, solo te extraño. 
Extraño lo que esperé, masoquistamente extraño esperar.

El caso es que a veces, casi todos los días, te extraño.
Y vos, tan poco tacto, no sabes cómo te extraño
o quizás yo, tan tonta, no sepa que vos me extrañas también.





martes, 25 de febrero de 2014

No todo vuelve al mismo lugar

Si te encontré,
voy a volver al mismo lugar para desencontrarte

Si te toqué, voy a destocarte;

Si te armé, voy a desarmarte (sorry Coldplay)

Si te miré, voy a desmirarte

Si me gustaste, vas a disgustarme


Ahora bien, si te quise, no voy a desquererte, voy a desquiciarte.


miércoles, 12 de febrero de 2014

¡Cumplimos 4 felices y catárticos años!

Hoy inflamos globos y prendemos velas para celebrar el cuarto año de una seguidilla de sucesos de amor, reflexión, descarga, desamor, catarsis, denuncia, satisfacción, ternura, alegría (y montón de etcéteras) que, bien o mal, pasé a prosa y poesía porque descubrí que es mi mejor manera de procesar la vida. 

Felicidad deseada para aquellas personas que, sabiéndolo o no, me inspiraron a escribir. 

Felicidad para mi por animarme a publicar y sacarme nudos de la garganta y, 
felicidad futura para vos que también escribís, o para vos que te gusta leer, o para vos que haces ambas cosas y aún no te largás a dejarte conocer. Hacelo porque así te haces bien.

Gracias a los que están haciendo clicks hace mucho (desde que en el margen superior izquierdo había una lechuza tirando corazones -¿alguien se acuerda?-) y gracias a los que se fueron sumando al pasar los días.

¡Feliz cumpleblog para todos!


Cómplice y víctima

Me quiere pero haré de cuenta que nada de eso sé
Me quiere, no lo disimula y eso me hace cómplice de él.

Habla, me mira, eleva su voz para que lo escuche
Llama mi atención, me abraza y sonríe.

Me abraza fuerte, me sonríe tierno.

Lo quiero, no se lo digo, él lo sabe

Ahora es mi cómplice, ambos las víctimas.

domingo, 5 de enero de 2014

Cómo identificar a un chamullero

A continuación, con la poca o mucha experiencia que me acompaña, revelaré algunos tips para identificar a esos tipos que te prometen el cielo, el mar, las estrellas y todo su amor a vos, a ella, a aquella y vaya a saber cuántas más. Estas son las cosas que debes hacer para no dejar que te tomen el pelo:



1. Hacele saber a tus amigas quién es tu nuevo cortejo/chongo/saliente: llevá una foto en tu celular de "él" y mostrasela a quienes más puedas. Ojo, abarcá el mayor diámetro posible, enviásela a amigas de otras ciudades. Si son amigas de las buenas te contarán dónde y con quién se cruzaron a tu chico. 

2. Está siempre atenta al Whatsapp: esa útil y gratuita forma de comunicarte también te cuenta a qué hora tu querido se comunicó, de esa manera el "última vez 5.05 am" abolirá el "me voy a acostar temprano" que seguro te dijo algún viernes o sábado.

3. Facebook siempre tendrá un talón de Aquiles: si estás atenta al muro de tu chico vas a poder encontrar alguna publicación, comentario o foto que le dejaron sin su consentimiento u aprobación, muchas veces esas cosas son prueba suficiente de que te está mintiendo o saliendo con otra/s. Para ésto tenes que entrar varias veces al día a ver qué hay de nuevo, no te olvides de investigar a las que le comentan más seguido.

4. Caele de sorpresa: nunca conocerás mejor a tu hombre como cuando lo visitas sin avisarle, caele a su casa de repente, preferentemente un domingo al mediodía. Así podrás descubrir grandes cosas.

5. ¡Valorate! Ay, linda, si te tomaste en serio cualquiera de los puntos anteriores, definitivamente estás necesitando sentarte a pensar: ¿vale la pena malgastar tu tiempo y energía en un tipo que por naturaleza es mujeriego al por mayor y lo sabes muy bien? ¿De verdad creíste que quería algo serio si te besó en la primera o segunda cita? Chiquita bella, los hombres y las mujeres tenemos formas diferentes de actuar y sentir, ellos necesitan alimentar su instinto de "cacería" y nosotras, por lo general, necesitamos alguien que nos trate de manera especial.  No seas fácil, no te entregues al primer chamullero, sé inteligente (hay hombres a los que los conquista la inteligencia), identificalo y actuá concientemente. Tu corazón vale, no se lo regales al primero que se te cruza en el camino porque te dice que le gustas y que quiere conocerte. Dale la oportunidad que creas adecuada, o no. ¡Ah! No son todos iguales, algunos valen la espera ; )

El amor compartido es una de las cosas más bellas que existe sobre la tierra, vos mereces ese tipo de amor, merecemos alguien especial pero, mientras llega, cuida tus emociones y tus ilusiones, anda tranquila, "romanticona", cuida tu corazón y no olvides que con tus amigas y amigos podes pasar momentos increíbles porque después de todo... ¡también es lindo ser soltera!

¡Seguime! @MaggieOjcius

jueves, 2 de enero de 2014

Enamorarse pronto y enamorarse bien: historia de un gran amor

Una canción, si la sentimos, tiene la capacidad de transportarnos y transformarnos. Así puede sucederte con esta simple melodía que tiene una gran historia detrás. Se titula "Sweet Lorraine" (Dulce Lorraine) y fue escrita por un esposo viudo, luego de haber pasado 75 años de vida con la mujer de sus sueños. Simple y profunda.

Te invito a conocer la canción que está recorriendo y emocionando al mundo:


 Click en la Foto

Para ver el video  hacé clic aquí









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