miércoles, 10 de diciembre de 2014

19.47pm

Sufriré de nostalgia cada vez que el reloj vuelva a pasar por ahí,
Serán insufriblemente incontables las veces
Y las agujas del tic tac me clavarán el corazón:
Tic, tac, tic, tac. Cicatriz. Nostalgia. Perfume.
Me desmayaste el corazón pero los brazos no.
Lejos. Mejor así.
Recuerdos sin contacto son menos nocivos.
Quizás.

Te empecé a detestar en el mismo momento que terminaste el abrazo.
Porque tu perfume ya se me había metido como veneno
Se me pegó y no hice fuerza para dejarlo atrás.
Mi ropa, mi pelo, mi corazón llenos de tu perfume.
Pero tu caridad y mi corazón son incompatibles porque compartirte te hace insípido.
Apuestamente insípido. No, no. Tic tac. Cicatriz.
Tu perfume me cicatriza mejor. Tu perfume, no vos.

Lejos. Así. Mejor.




Publicado por primera vez en septiembre de 2011, en este blog.

domingo, 7 de diciembre de 2014

¿Vos nunca hiciste algo por amor?


Volví a llevar en la cartera un libro de Sábato, sus fragmentos cortos me permiten leerlo en cualquier tiempo muerto en el banco o en alguna fila para pagar. Elegí este fragmento para compartir con ustedes porque me hace pensar que la locura no es tan insana como dicen "los que saben". ¡Ojalá haya más locura en el amar!

Que lo disfruten: 

"Me estremeció una noticia que leí esta mañana en el diario; la recorté y la guardé en uno de los cajones de mi archivo, entre esos tantos retazos que en estos años me han ayudado a vivir.

Una mujer, en un crudo invierno, apenas con una remera y un pantalón, se escapó del Hospital Psiquíatrico con el deseo de ir a buscar a su compañero. Aprovechando la distracción del maquinista, robó una locomotora y, haciéndola funcionar sin dificultad, comenzó su odisea. Él había trabajado en el ferrocarril y le había enseñado a conducir trenes y “muchas cosas más”.

“Si ustedes supieran lo que es el amor, me dejarían seguir”, le decía al oficial que la detuvo y, mientras la llevaba a la comisaría, con llantos desesperados, gritaba: “¿Vos nunca hiciste nada por amor?”.

¡Cuánto más humanos son estos gestos que los de tantos individuos que corren por la ciudad enceguecidos con sus proyectos!

He querido rescatar esta historia de entre mis papeles, ya que de alguna manera, cuando el razonamiento nos conduce al borde de la psicosis colectiva, estos actos son lo más parecido a una salvación."

En "Antes del Fin", Ernesto Sábato

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