miércoles, 11 de marzo de 2015

Igual que una vaca


{hay magia en todos lados}


A vos se te escapa la magia pero no te das cuenta, igual a una vaca que no sabe que su leche se hará queso y al final de la cadena, cuando el telón se levanta, aparecemos vos y yo comiéndolo en fetas con unas tajaditas de dulce de batata.

El otro día, el corazón se me puso mágico y latió doble: dos tuc al mismo tiempo pero con un espacio imperceptible. Es que me dijiste "me preocupo por vos" pero en otras palabras.

Un rato después se te cayó un "te quiero mostrar cuánto tenemos en común y aún no te diste cuenta", pero le pusiste tantos signos y conceptos extra que, si no lo reviso dos veces, casi ni me entero.

¡AY! Mi mano derecha se fue a tapar la oreja del mismo lado, es que el hipótalamo sacó su especial aguja y dio un pinchazo. Fue instantáneo y en el mismo momento en que el tren de la posibilidad pasaba y los vagones decían: Y-SI-ES-TA-VEZ-SI-?

Tan fugaz el tren, el pensamiento, vos, el queso y yo.
Tan ambigua la posibilidad, la elección y el protagonismo eterno del "quizás".

Tantas las vueltas que la vaca salió de escena,
y no volvió.





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