UN ESCRITO Y UN BRINDIS POR LAS VECES QUE ES MEJOR BAJAR LA GUARDIA Y ACARICIAR EL CABALLO, AUNQUE SEPAMOS QUE EL PELIGRO VIVE EN ÉL. SALUD.
A
las patadas les tuve miedo siempre,
no
hay novedad en decirte que te esquivo
porque sé muy bien
en
qué lugar pararme para que tu golpe sea mejor.
Las
patadas son como las moscas,
aparecen
cuando una está tranquila,
mirando
por la ventana o tomando lo poco y tibio que le queda a un café.
Las
patadas son nocivas o casi nocivas.
Son
crueles
y desvariadas,
son
repentinas:
como
granizo de verano que no se anuncia en el radar.
Así
son y así me la podrías dar vos,
recién
llegado,
que
jurás y perjurás que "jamás",
pero eso ya me los han contado.
Oí promesas de todo tipo
y acá, como las viejas, ando,
coja y mal trecha pero ando.
Me
das tu mano, te doy la mía
y va a pasar buen tiempo
hasta que la sospecha deje de ser concebida.
Pues
que la confianza se gana
y en un ronda mal jugada todo cambia.
Y
te estás llevando lo vacante y yo, tan tonta,
pongo solo tu nombre
en todos los numeritos a sortear.
No hay comentarios
Publicar un comentario